Impasible al paso del tiempo, la
antigua estación de El Vasco fue testigo, desde su puesta en marcha en el año
1906, de innumerables cambios en la zona en la que se encuentra.
La zona fue uno de los centros neurálgicos, en materia ferroviaria, del concejo. Allí llegaban trenes con viajeros, de mercancías y, por supuesto, muchos de los trenes que atravesaban la villa cargados de carbón.
Tras quedarse sin uso, en 1988, la
zona se convirtió en un improvisado aparcamiento en torno al cual se
mantuvieron las viviendas que allí había.
El plan Vasco-Mayacina contempló para el edificio su rehabilitación y la adecuación del entorno, pasando a servir como edificio de oficinas municipales y a tener ante sí un pequeño paseo con un parque infantil. Se demolieron anexos y se buscó recuperar el aspecto original del edificio.
Ese mismo plan reservó la parcela
situada frente a la estación para viviendas.
Como se
puede ver en las fotografías, cambio radical.
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